El final de la temporada: claves psicológicas para llegar al 100 por cien

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Cuidar los hábitos y aumentar la confianza son claves para llegar bien a final de temporada.

Por JOSEFINA CUTILLASpsicóloga especialista en deporte.

Con la llegada del buen tiempo, más horas de sol y luz en nuestros días, nuestra mente nos lleva casi de una manera inconsciente a visualizar las tan ansiadas vacaciones, los momentos de desconexión y disfrute que esperamos tras unos meses de largas e intensas jornadas laborales. Pero como toda meta requiere llegar a ella tras un arduo sprint final en el que debemos acopiar todos nuestros recursos físicos y psicológicos para cerrar un año de objetivos con la satisfacción y el logro de haberlos conseguido.

Y este símil elegido de sprint final es más acertado, todavía si cabe, en el ámbito deportivo en el que hoy nos vamos a centrar. Se acerca el final de una temporada que este año ha sido extraordinariamente exigente a todos los niveles, una competición única con ingredientes añadidos que la han convertido, seguramente, en una de las más recordadas y complicadas de la historia personal de cada deportista. A las exigencias propias de las competiciones se le ha sumado la incertidumbre, el miedo, la ansiedad, los cambios conductuales y sociales que está pandemia acarrea. Por tanto, no es de extrañar, que a estas alturas de la temporada encontremos un perfil de jugador que, si bien, tiene ciertas similitudes con los encontrados en temporadas pasadas en estas mismas fechas, hoy presenta ciertos rasgos únicos que hacen que nos planteemos un abordaje psicológico mucho más intenso para ofrecerles y ayudarles a que ese reto final sea con su mejor rendimiento y productividad.

El estado de agotamiento físico y mental con el que llegan muchos jugadores a ese final de temporada hace que se produzcan errores en el desempeño de su carrera, falta de precisión en su juego, distracciones y déficit atención al es que, más allá, de provocar fallos en la consecución de sus objetivos, puede provocar problemas físicos como lesiones musculares, o trastornos psicológicos como ansiedad, insomnio, toma de decisiones errónea, ralentización del pensamiento, somatizaciones, etc.

Por ello, resulta clave y crucial atender a lo que en Psicología Deportiva llamamos ”entrenamiento invisible” y que hace referencia a trabajar aquellos aspectos que son la base de un buen rendimiento óptimo y una satisfacción subjetiva que permita lograr los objetivos establecidos en la temporada.

Hay que atender y trabajar especialmente la confianza, la ansiedad, la cohesión (en caso de deportes de equipo), la concentración, la motivación, el sueño y la alimentación.

A estas alturas de la temporada es vital seguir encontrando la MOTIVACIÓN necesaria para o bien, conseguir culminar una temporada de éxitos, o bien, remontar para poder hacernos con esos objetivos que no hemos podido lograr en el año. De igual manera, necesitamos encontrar EL PORQUÉ de nuestro último esfuerzo, de seguir peleando para darle sentido a todo un año de esfuerzos y sacrificio.

Una motivación que nos va llevar a ganar CONFIANZA, otro elemento que debemos reforzar en esta etapa, pues se llega con menos fuerza física y eso repercute en la percepción de autoeficacia y seguridad en uno mismo que tanto se necesita en momentos clave como estos. Un momento ideal para recordar quienes somos y todo el repertorio de fortalezas con el que contamos y que, sin duda, nos ayudará a situarnos con fuerza y determinación ante cualquier situación de competición.

Tanto estos aspectos como otros mencionados se trabajan conjuntamente por los entrenadores y psicólogos que elaborarán un plan de actividades que incluyan dinámicas de grupo para reforzar estos puntos, así como favorecer la COHESIÓN de grupo, una cohesión entendida como las relaciones personales entre los jugadores y la cohesión hacia la tarea, entendida como la capacidad de coordinar los esfuerzos individuales persiguiendo un objetivo común.

Una puesta a punto a todos los niveles que sumado a un buen control del descanso y la alimentación harán que los jugadores lleguen a este tramo final con la intensidad, la emoción y la ilusión necesarias que estas jornadas requieren.

Y nuestra píldora de felicidad de hoy es precisamente la SOLIDARIDAD, la solidaridad con el compañero de equipo que nos necesita y al que necesitamos, pero, sobre todo, la solidaridad con ese prójimo que tenemos al lado y que forma parte de ese otro gran equipo que es LA VIDA.