Sacrificio, constancia y disciplina son unos valores muy vinculados a nuestra protagonista y al deporte que practica a las mil maravillas. María del Carmen Romero Molina (Puerto Lumbreras, 1985) es una de las mejores púgiles de nuestro país, ya que tiene en su haber multitud de títulos domésticos e internacionales que la encaraman al panteón de los dioses del deporte regional. Además, esta guerrera, madre también de dos niños, ha tumbado de un puñetazo la puerta de ‘Murcia Deportivo’ para convertirse en la primera mujer que pasa por la recién creada sección de ‘Perfiles’.
El amor por las artes marciales de Mari Carmen Romero nace de la rebeldía de una niña pequeña que volvía locos a sus padres. “Tenía cuatro años y era una niña muy activa, muy nerviosa. Mis padres vieron que tenían que apuntarme a alguna actividad que desfogara, que diera todo de mí, y acertaron. Me apuntaron a las artes marciales y, hasta ahora, estoy metida en este mundo. No paraba, haciendo todos los días estragos. Mi madre iba a cualquier sitio y siempre me decía: «Mari, pórtate bien», y yo le decía: «Sí, sí, sí». Naturalmente salía de mí hacer de ‘Daniel el travieso’”, cuenta. Era tal el torbellino, que en su municipio comenzó a fraguarse un curioso y definitorio apelativo: “Los mayores en el colegio me pusieron el apodo de ‘Maribicho’ y con él me he quedado en Puerto Lumbreras”.
“era como ‘Daniel el travieso’ y Los mayores en el colegio me pusieron el apodo de ‘Maribicho’”
Poco a poco, la boxeadora, que fue nombrada ‘Lumbrerense del año’ en 2006, labró el camino para convertirse en una de las españolas más laureadas y con mayor número de combates en su historial, además de formar parte de la Selección Nacional. “Llevo más de 300 peleas, creo que soy una de las españolas que más lleva, y hasta me puedo meter en hombres. Empecé desde niña y tenía una fuerza que no era normal. Mi entrenador, y actual marido, preguntó a mis padres si podía pelear, pero era menor. Entonces, mis padres me hicieron una autorización y empecé a pelear desde temprana edad. He cosechado cinco títulos de España; Campeonatos de Europa; dos Campeonatos del Mundo de Kickboxing, en Bélgica y Suiza; un Campeonato del Mundo de Muay Thai en Tailandia, la cuna de ese deporte; un Campeonato Internacional de boxeo…muchísimos. Ahora, espero poder seguir e ir a por el Campeonato del Mundo de boxeo profesional, que, para mí, si lo consiguiera, sería ya el ‘retiro’”, afirma.

Con tantos méritos deportivos, es muy difícil elegir uno como favorito, pero el factor emocional tira mucho y Mari Carmen Romero recuerda con más cariño el Campeonato de Europa de 2020, debido a que se celebró en su tierra, Puerto Lumbreras, en el pabellón de El Esparragal, y así lo detalla: “Ha sido una cosa que ha salido de toda mi gente, de todos los sponsors de mi tierra y de la Región de Murcia, y gracias a ellos pude hacer el Campeonato de Europa, que es lo que me ha abierto las puertas para poder conseguir el Campeonato del Mundo. Sin ese campeonato no podría estar dentro del ránking de las mejores del mundo. Ver el pabellón repleto de gente, que no cabía más, y verte ahí, era como ser un dios. Para mí, eso ha sido lo más grande junto al nacimiento de mis hijos”.
“Verme en el pabellón de El esparragal repleto de gente era como ser un dios. ha sido lo más grande junto al nacimiento de mis hijos”
En cuanto a próximas metas y sueños por conseguir, la púgil vaticina: “Mi objetivo, ahora mismo, está centrado en el Campeonato del Mundo, que ha sido aplazado ya dos veces por el tema del COVID. Creo que lo voy a conseguir en julio, en Miami, y voy a ser la primera mujer española en pelear en Estados Unidos en boxeo profesional. Va a ser un verano grandísimo donde van a pelear grandes boxeadores, y para mí es un sueño. Quiero llegar preparada a tope para esa pelea, entrenando cinco horas diarias que reparto entre mañana y tarde con entrenamientos variados. Tengo grandes profesionales a mi lado que lo dan todo. Compañeros que me están ayudando y sin ellos no podría ser quien soy ahora mismo. También tengo una espina con el mundo de la UFC, de la jaula. No me gustaría retirarme sin poder hacer una pelea de MMA. Llevo esa espina, es la guerra y yo llevo una guerrera dentro”.
“voy a ser la primera mujer española que pelee en Estados Unidos en boxeo profesional”
La cúspide del deporte son los Juegos Olímpicos, pero en ese ámbito la lumbrerense no las tiene todas consigo, por los plazos y porque tampoco se siente muy cómoda debido al cambio de estilo a la hora de pelear. “Los Juegos Olímpicos están muy difíciles, porque con el tema de la pandemia se lo han llevado muy atrás y sería esperar otros cuatro años más. Aparte, es otro mundo, el guante es más grande, llevan casco… Me gusta, porque vengo de ahí, vengo de estar en la Selección Española, pero creo que se me asemeja más el boxeo profesional y, como digo yo, más la guerra. Pero no lo descarto, si me dieran la oportunidad, claro que sí”, declara.
Todos los deportistas siempre tienen referentes que actúan de espejos y los ayudan a crecer y a motivarse día a día, pero ¿en quién se fija la campeona de Europa para mejorar lo inmejorable sobre el cuadrilátero? “Me gusta mucho un boxeador que se llama Lomachenko, y siempre intento reflejarme en él, porque es todo lo contrario a mí. Se mueve muchísimo, yo soy más toro, más española, más ‘torolé’. Lo tengo como referente, el intentar pelear más con los pies que con los brazos. El boxeo es de inteligentes, no es de brutos, entonces sí es verdad que me suelo fijar mucho en él y pongo muchos vídeos suyos”, afirma.

Existen numerosas intrahistorias en los deportistas acerca de rituales y manías antes y durante una competición, y las trenzas de Mari Carmen Romero podrían ser uno de ellos, porque forman parte de su sello de identidad cuando pelea, pero en realidad están lejos de ser superstición: “Son simplemente por comodidad, porque recibes muchos golpes en la cabeza. Ya me ha pasado otras veces que no me las he querido hacer, porque me duele muchísimo la cabeza cuando me las hago, y me he quedado como un pollo desplumado, con los pelos para todos los lados. Quieras o no, con las trenzas lo llevas mucho más sujeto”. Aunque bajo ningún concepto acepta un color sobre el que existe cierto tipo de leyenda negra. “Lo que sí que no llevo es amarillo, no me gusta. No es que sea muy supersticiosa, pero el amarillo para pelear lo evito. Todo lo demás bien, siempre intento estar tranquila, llevar buena alimentación, dormir bien, llamar a mis niños antes del evento y sobre todo tranquilidad”, asegura.

Por desgracia, hoy en día, una campeona de Europa y del mundo no puede vivir de su deporte y dedicarse exclusivamente a él: “Ojalá se pudiera vivir de esto. Tiene que cambiar mucho, sobre todo el tema de la mujer en el boxeo, que está muy mal. Si un hombre, por ejemplo, gana un 80%, la mujer gana un 10% o un 15%. Es un desastre aquí, fuera sí que se vive más, el boxeo está visto de otra manera, pero en España todavía queda por trabajarlo. Trabajo de vigilante de seguridad y también imparto clases de boxeo, de gimnasia y un poco de todo, para niños y adultos, en el pabellón multiusos de El Esparragal de Puerto Lumbreras”.
“Saco cinco horas diarias también para entrenar, asi que imagínate. Hay que hacer muchos sacrificios, sobre todo tratándose de una mujer, madre y ama de casa. Otra mujer, en el mundo profesional del boxeo o de cualquier deporte, sin la ayuda que tengo yo, tendría que haber dejado su carrera deportiva, porque es muy difícil. Tengo la gran suerte de que mi familia me apoya, los niños tienen los estudios cerca de donde yo entreno, son muy obedientes y sacan muy buenas notas, entonces por esa parte tengo la tranquilidad de saber que las cosas están saliendo bien. Te sientes buena madre porque tus hijos están siguiendo tus pasos con buena educación y con unos buenos valores”, añade.
“Otra mujer, sin la ayuda que tengo yo, tendría que haber dejado su carrera deportiva”
Para darle la vuelta a la situación tan precaria que vive la mujer en el boxeo, la púgil española piensa que el cambio debe comenzar por la sociedad: “Cada vez hay más combates de mujeres, ya no son teloneras, sino que empiezan a hacer las primeras peleas las mujeres. Ya no hay ningún evento en el que una mujer no pelee. Damos más que los hombres y más espectáculo, porque estamos igual o incluso más preparadas. Somos muy guerreras, lo damos todo y tiene que cambiar en la sociedad el ver que somos iguales, que trabajamos igual, entrenamos igual y tenemos los mismos derechos que un hombre a la hora de cobrar. Primero desde las instituciones, porque el deporte base es lo principal, pero cuando ya has hecho una carrera, que no te aparten. Te dicen que no tienes derecho a beca, a ver, ¿por qué no tengo derecho a beca?, ¿porque soy madre?, ¿porque ya estoy en 35 años? Esto no se hace de un día a otro, se hace desde una constancia y una lucha diaria. Dejas tu vida, el poder salir, el poder estar con tus hijos, celebrar cumpleaños…es muy sacrificado, el boxeo es muy duro”.
“trabajamos y entrenamos igual, y deberíamos tener los mismos derechos que un hombre a la hora de cobrar”
‘Maribicho’ tiene un mensaje claro para aquellas personas que estén pensando en apuntarse a boxeo y quieran ser algún día como ella: “Que se animen, sobre todo las mujeres. Es fantástico, el boxeo te da unos valores…También a los niños, que no tengan miedo, que una cosa es el tema de la competición y otra es practicarlo, conocer este deporte y este mundo. Ya no solo el boxeo, sino las artes marciales. Te da mucha seguridad, sobre todo a la mujer con los tiempos que estamos viviendo de tanta agresividad y violencia de género. Que se sientan seguras y digan: «Yo puedo, ¿por qué no puedo?» Que se sientan reflejadas al verte a ti como mujer y también quieran ser así. Que se animen todas y, la que quiera, aquí estoy para enseñarla”.

La retirada profesional de la de Puerto Lumbreras es algo lejano y, de momento, impensable. Su gran ambición y la pasión que tiene la condenan a estar eternamente ligada a un cuadrilátero. “Yo creo que llegaré a los 40, por lo menos. No me veo fuera de este mundo, no sería yo. No podría, de hecho, me quedé embarazada y al poco tiempo ya estaba entrenando en los dos embarazos”, confiesa. Una guerrera en toda regla a la que deseamos el mayor de los éxitos y a la que pueden llamar Mari Carmen, Mari o ‘Maribicho’, como ustedes prefieran.